Más allá de la elección ANFP: A democratizar el fútbol

jueves 30 de julio, 2020

Por: CSD Colo-Colo
Columna de nuestro presidente, Edmundo Valladares, sobre las elecciones en la ANFP.

En medio de la pandemia y la
incertidumbre que trae consigo para el futuro del fútbol y la sociedad en
general, este 30 de julio habrá elecciones en la ANFP. Si bien en las semanas
previas hubo diversos trascendidos y rondó la posibilidad de una “lista de consenso”,
existen hoy dos listas en competencia. Pablo Milad y Lorenzo Antillo encabezan
hoy los bloques que se han conocido mediáticamente como la “gobernabilidad” y
la “disidencia”, en función de sus posturas frente a la prematuramente fallida
presidencia de Sebastián Moreno, cuyo ascenso al poder de Quilín -valga
recordar- fue apoyado ampliamente por personeros que hoy conforman ambos
actuales bandos-, en una errática continuidad cuyos resultados son hoy
lamentados por todo el mundo del fútbol.

En el marco de esta coyuntura han
circulado propuestas diversas. Algunas valorables, que dan cuenta de lo mucho
que hemos corrido el cerco de lo posible quienes desde hace años venimos
denunciando los estragos del fútbol negocio en Chile, como la fijación de residencia
obligatoria en nuestro país y la prohibición de empresarios y agentes de
jugadores de participar en la dirigencia de clubes profesionales. Un tema que
desde el CSD Colo-Colo junto a otros clubes y una bancada transversal de
diputados impulsamos como parte del proyecto que modifica la ley de SADP, pero
que lamentablemente no fue aprobado en la Cámara con el quórum suficiente tras
el rechazo en bloque de Chile Vamos. Y al cual sin duda debería agregarse -como
se consignaba en el proyecto de ley originalmente presentado ante la Cámara de
Diputados- la prohibición de participar en la propiedad de más de una
organización deportiva profesional, poniendo fin a casos aberrantes de clubes
de un mismo dueño enfrentándose entre sí.

Sin perjuicio de lo anterior, tanto
los nombres que están hoy sobre la mesa como los proyectos generales que
impulsan, son mucho más reflejo de continuidad que de cambio. Cualquiera sea el
resultado, las definiciones del futuro del fútbol una vez más tendrán al socio
e hincha como mero espectador. La llamada “familia del fútbol” seguirá
restringida a un Consejo de Presidentes hermético y ajeno al resto del mundo,
cualidad que por cierto es anterior al modelo de SADP, pero se ha hecho más
profunda con éste, convirtiendo a la ANFP en una asamblea de dueños y
controladores -en algunos casos de difusa procedencia y representación- antes
que en una asamblea de dirigentes mandatados por sus socios y socias. Donde las
diferencias parecen residir en esta vuelta en matices respecto a cómo relacionarse
con el “negocio” del fútbol en el corto plazo, que a proyectos y visiones
genuinamente distintas, que permitan conectar al fútbol nuevamente con la
sociedad en la que se inserta.

En este contexto, como Club Social
y Deportivo Colo-Colo seguimos convencidos en la necesidad de posicionar una
vía distinta de mejoramiento de largo plazo de nuestro fútbol, postura que
concita un transversal respaldo entre nuestros socios y socias según la más
reciente encuesta del Centro de Estudios Sociales y Políticos del Club. En tal
sentido, valga destacar que la Comisión Investigadora parlamentaria sobre la
ANFP del año 2018 arrojó luces relevantes respecto de la necesidad de
fortalecer la fiscalización externa a la asociación (Ministerio de Justicia,
IND, SII, Dirección del Trabajo), clarificando los roles de los organismos
públicos pertinentes y dotándolos de mayores facultades.

Pero la gran transformación del
fútbol chileno deberá ir necesariamente de la mano
con cambios en las organizaciones deportivas que lo
componen. No basta sólo con la fiscalización externa, es fundamental fortalecer
el control más importante de todos: la vigilancia y soberanía democrática que
han de ejercer los socios e hinchas sobre sus clubes. Un fútbol que cuando
termine la pandemia necesitará sí o sí reconquistar y reconvocar al hincha,
debe hacerlo bajo una lógica distinta, concibiéndolo
como
sujeto efectivamente de derechos y deberes, y no como un mero cliente con el
único derecho de consumir y una lista de deberes cada vez más extensa e invasiva.

Para
fortalecer esta soberanía democrática, el avance legislativo de la modificación
a la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas Profesionales resulta fundamental.
Este proyecto fue aprobado por la Cámara de Diputados en septiembre de 2018 y,
lamentablemente, duerme desde entonces en la Comisión de Constitución del
Senado. Su aprobación constituiría un primer paso fundamental
que vaya en sintonía con los cambios de fondo que necesita
nuestra sociedad, al posibilitar la administración de deporte profesional
directamente desde corporaciones sin fines de lucro, al mejorar sustantivamente
los estándares de fiscalización de cada administración -evitando, por ejemplo,
la impunidad de la que gozan quienes fundieron en su momento la S.A.
controladora de Deportes Concepción-, posibilitar que socios e hinchas
controlen hasta el 51% de la propiedad de una S.A. del fútbol, empoderar a los
clubes sociales como interlocutores y constituir espacios democráticos de
representación de socios/as allí donde los clubes fueron arrasados, entre otras
transformaciones. Esperamos que, en un contexto donde el fútbol y sus dilemas
institucionales vuelven a ser parte de la conversación política nacional, esta
vez sí exista el espacio político real para avanzar en democracia y justicia
para nuestro balompié.