Héctor «El Conejo» Ramos: Un protagonista especial del Colo-Colo 91

martes 5 de junio, 2018

Por: CSD Colo-Colo
Conoce la historia de este hombre de 62 años, un personaje querido por todos los trabajadores del Estadio Monumental.

El ex presidente del CSD Colo-Colo, Héctor Gálvez, en 1969 le ofreció a la familia Ramos encargarse de los terrenos de pedrero. Regar las canchas, cuidar el predio colocolino y ocuparse de la utilería en el fútbol formativo eran las tareas de quienes fueron protagonistas en la historia anónima del Club.

Uno de los sobrevivientes de ese mandato es Héctor Ramos que con su humor, carisma y simpleza han hecho de este hombre de 62 años un personaje querido por todos los trabajadores del estadio.

Él mismo recuerda que su casa era el Monumental, puesto que en el sector del fútbol joven, ahí, entre medio de las canchas de entrenamiento se levantaron los muros de su hogar que cobijó a su familia durante décadas antes de que la construcción se convirtiera en oficinas del fútbol formativo.

Ramos rememoró la noche del 5 de junio y a pesar que no era parte del primer equipo, él se sintió un integrante más de la gesta deportiva. Su trabajo en utilería lo llevó a ver cómo se formaron los jugadores de la época y confiesa que “por mi trabajo he tenido muchas alegrías, pero la vez que más feliz fui y lloré a mares fue en la Copa Libertadores, ahí Colo-Colo me hizo llorar de alegría”.

‘El Conejo’, como también es conocido Héctor Ramos, hasta el día de hoy se emociona al hablar de la Copa Libertadores. La razón es que su padre, siempre le comentaba que no alcanzaría ver a Colo-Colo en el Monumental, y esa noche, en la tribuna Océano, le dijo a su progenitor que “estaba viendo a Colo-Colo en el Monumental y siendo campeón de América”.

De Utilería al cuerpo médico:

Ramos dice que Colo-Colo es su vida. En los 70, con tan solo 12 años le tocó cuidar los terrenos del estadio, ayudaba en el riego de las canchas y defendía los colores del Cacique en las series menores.

Fue testigo de cómo se bañaban los jugadores en la acequia que bordeaba el Monumental porque no había conexiones de agua e incluso a veces jugó como sparring de los titulares cuando el Cacique luchaba por la Copa Libertadores en 1973.

La vida nunca lo alejó de las canchas y se aferró a los valores que transmitía el Club. Ramos afirma que “mi vida se la debo a esta institución, por Colo-Colo soy lo que soy”. Con los años estudió Técnico en Enfermería y en la actualidad se desempeña como paramédico de series menores.

Es habitual verlo con el botiquín bajo el brazo y corriendo cuando algún niño sufre algún dolor en el campo de juego. Reconoce que le encanta ser parte de series menores puesto que “ahí está la vida del Club”.